Piénsalo dos y tres veces…

¿Estás tomando las mejores decisiones para protegerte a ti y a tu familia antes, durante y después de migrar?


Sabes lo que implica para ti y tu familia tomar la decisión de migrar y cruzar los países caminando? ¿conoces los riesgos de pasar por «trochas»?

a. Cuidado con las siguientes situaciones y riesgos

Cuando has decido migrar y cruzar a pie grandes distancias o usas las trochas para atravesar las fronteras, no son pocos los riesgos con los que te puedes encontrar.

Puedes ser víctima de estafa y de robo:

“Los señores de unas mulas o camiones nos ofrecieron llevarnos si reuníamos lo que teníamos y les pagábamos algo. Se llevaron a uno de nosotros a negociar, pero mi amigo luego volvió sin nada y golpeado. Nos robaron lo poco que teníamos de efectivo”. “Para mí es difícil contarlo, pero personas que eran caminantes como nosotros terminaron en la noche robándonos lo poco que teníamos”.

Pueden engañarte sobre las condiciones del camino y la trocha:

“Me habían dicho qué teníamos que pasar el río y ya estábamos al otro lado, pero en cambio duramos 3 días caminando y mi hermana casi se ahoga pasando el río aunque se veía bajito”. 

Por el camino puedes ser víctima de secuestro:

“Unos hombres nos llevaron a mis tres primos y a mí a la fuerza hasta una casa y nos dijeron que no nos dejaban salir hasta que nuestra familia o alguien no les pagara una plata. Al final un amigo les giró el dinero y nos soltaron. No sé qué habría pasado si él no nos ayuda”.

Puedes perderte:

“Como arrancamos sin plan y sin mapa, improvisando por el camino nos perdimos y nos quedamos sin agua. No sé cómo logramos encontrar el camino, pero luego nos enteramos que muchas personas desaparecen”. “Yo ya había pasado por la trocha entre Venezuela y Colombia y me confié que iba a ser fácil pasar a Ecuador. La selva fue muy fuerte y fue tal la perdida que cuando creímos que habíamos llegado estábamos aún en Colombia”.

Puedes ser víctima de violencia sexual:

“Después de 6 semanas de caminar ya estábamos cansados. En el grupo íbamos 2 mujeres y 3 hombres. Un señor paró al lado de la carretera y ofreció llevarnos sólo a nosotras dos hasta el siguiente pueblo que estaba a unos 30 km. Nosotras aceptamos, pero el tipo se desvió antes de entrar al pueblo y dijo que no completaba el camino a menos que nos dejáramos tocar y muchas cosas más. Nosotras literalmente nos lanzamos del carro y logramos escapar”. “Por el camino conocí a una chica que se atrevió a pasar la trocha sola. No me contó mucho, pero supe que la violaron”.

Puedes encontrarte con grupos armados y criminales:

“Cuando íbamos por la trocha en medio del camino nos abordaron unos hombres armados, nos terminaron quitando todo lo que llevábamos, hasta los zapatos”. “Como nos dijeron que pasando el monte podíamos conseguir trabajo nos fuimos por la montaña. Allá terminamos encontrándonos con 6 hombres y nos amenazaron con matarnos si no dejábamos a mi hermanita. Hasta hoy no sabemos nada de ella”.

Puedes ser víctima de extorsión:

“En una parte de la frontera tuvimos que dar el dinero que teníamos a un grupo de personas que estaban sobre la trocha para poder seguir” 

Puedes equivocarte de destino y terminar en zonas de influencia de grupos armados:

“Nosotros no conocíamos nada de lo que pasaba en Colombia. Quisimos ir a un municipio más pequeño a trabajar y nos dimos cuenta que habían muchos armados que de repente aparecían en el pueblo. Luego cuando llegamos a otro municipio supimos que esa zona donde estábamos antes era de influencia de varios grupos armados que eran responsables de asesinatos” 

Puedes sufrir lesiones, accidentes y se puede afectar tu salud:

“Yo había oído historias de personas que eran atropelladas e incluso de personas que se caían por los voladeros o caminos difíciles, pero no pensé que lo que a mi me iba a tocar con mi familiar era enfermarnos por caminar. Con el sol mi hija se quemó la cara y los brazos, al niño le dio bronquitis luego del frío que aguantamos y ni le cuento las heridas que tengo en los pies”. “Luego de caminar por un par semanas sufrí dolor de cabeza, deshidratación, vómito incluso diarrea pues tomé agua de dónde pude”. 

Puedes ser víctima de una red de trafico de migrantes:

“Nuestro grupo aceptó la ayuda de un par de hombres que nos iban a cobrar barato para guiarnos y movernos entre municipios, pero luego nos cambiaron la seña o las condiciones. Teníamos que pagar el triple y uno de ellos se encargó de seguirnos armado todo el tiempo en una moto por las vías principales y secundarias. En los puestos de ayuda humanitaria nos dio temor contar qué nos estaba pasando”.

Los abusos y riesgos pueden venir de cualquier persona, incluso de tus acompañantes y de autoridades durante el trayecto:

“Yo salí desde Venezuela con mi novio. Nunca entendí por qué, pero el empezó a desarrollar reacciones agresivas repentinas y a golpearme. Yo tenía miedo caminar sola, pero decidí dejarlo solo porque no aguantaba más la situación”. 

b. Consejos importantes
  • Siempre debe ser tu primera opción o intento cruzar por un puesto de control autorizado ¡No pierdes nada! Sin miedo pregunta.
  • Si estás caminando y alguien quiere darte una cola o subirte al autobús o camión en general no te va a cobrar nada, pero también debes tener cuidado con esta opción y los intereses de la persona que te lleva. 
  • Es preferible que vayas siempre en grupos grandes o con otras personas cuando estés en tránsito o caminando. Esto es sumamente importante si vas por caminos solitarios.
  • Si entre el grupo de personas que viaja contigo alguna persona los tiene bajo amenaza, violencia o explotación, en la primera oportunidad pide ayuda de un funcionari@ o policía.
  • Si pides información a la gente por el camino ten presente que los datos que te dan no siempre son precisos en términos de tiempos y distancia por lo que debes preguntar a varias personas. Asegúrate de llevar un mapa o alguna guía o indicaciones para llegar hacia donde vas.
  • Si ves algún grupo de personas que aparentemente están armadas esperando a lo lejos que no son de la policía o el ejército y es un camino que es poco transitado, es mejor que te devuelvas o busques de inmediato otro camino, especialmente si estás en una trocha. 
  • Las condiciones de las trochas en la frontera entre Colombia y Venezuela son totalmente distintas a las que puedes encontrar en la frontera con Ecuador, Perú, Brasil y Panamá. No te confíes en que si ya atravesaste por una trocha la siguiente oportunidad será igual.
  • Es importante que preguntes en tus redes de conocidos o con habitantes locales si por las zonas por donde estás pensando cruzar la frontera o transitar hay grupos armados. En algunos casos las trochas están totalmente controladas por grupos ilegales por lo que debes evitar estos lugares.
  • Debes tener en cuenta que hay rutas que tienen condiciones selváticas o climas extremos de calor o frío por lo que es importante que busques los caminos más fáciles y que estés preparado para distintas alturas y climas.
  • Ten cuidado pues numerosas personas publican videos con indicaciones falsas e incompletas sobre las trochas, especialmente por redes sociales. 
  • Procura establecer una comunicación constante con tu familia o conocid@s para que ell@s puedan estar atent@s a dónde te encuentras, por dónde vas pasando o planeas hacer tu ruta o si llegas a necesitar ayuda.
  • Ante cualquier tipo de afectación, violencia o abuso inmediatamente puedes recurrir a una autoridad para reportar el hecho y recibir acompañamiento o protección sin importar tu estatus migratorio. Si este abuso lo realizó un funcionario público, policía o militar también puedes denunciar el hecho con la Defensoría, Personería o Procuraduría. En la parte 5 de la guía encuentras la información clave.
Herramientas de ayuda

Revisa las opciones de documentación con las que cuentas, los requisitos de ingreso y opciones de regularización en los siguientes links: 

c. Advertencias para grupos específicos
Si eres niño, niña o adolescente que no está acompañad@:
  • Trata de viajar en grupo y evita caminar en solitario, especialmente de noche. 
  • Camina con grupos de familias, especialmente con personas que viajen con niñ@s, y trata de evitar los grupos conformados únicamente por hombres. Viajar con familias es una buena manera de obtener apoyo, puedes ayudar a cuidar la familia que te acompaña y ellos a ti. Además, puedes prevenir los riesgos de viajar en solitario.
  • Si sientes que tu vida está en peligro o te sientes bajo amenaza, busca ayuda de inmediato en las organizaciones que te listamos en el directorio de la parte 5 de esta guía.
  • Ante cualquier emergencia de salud, recuerda que tienes derecho a ser atendid@ en un centro de salud, sin importar tu nacionalidad ni estado migratorio.
Si eres una persona adulta que viaja con menores de edad:
  • Si te ofrecen una cola o empujón, o un plan de viaje o un transporte, nunca aceptes que tus hij@s se vayan solos o se separen de ti. Esto puede ocasionar una separación definitiva de la familia y además no sabes qué puede pasar con tus hijos.
  • Salir de tu país y llegar a un lugar nuevo y desconocido no es fácil. Tanto personas adultas como niñ@s podemos sentirnos tristes, desubicad@s, cansad@s y extrañar nuestro hogar y la familia o amig@s que dejamos en Venezuela. A esta situación la llamamos duelo migratorio y tiene solución. Si sientes depresión o frustración busca ayuda y evita ser violent@ con tu familia, especialmente con menores de edad. Puedes encontrar diferentes instituciones que ofrecen atención psicológica en el directorio disponible en la parte 5 de esta guía.
  • Busca la forma de proteger durante el camino a las niñas y niños de situaciones que puedan afectar su bienestar físico o psicológico como resultado de un esfuerzo corporal excesivo para caminar, aguantar hambre, sed, negarles ir al baño o desatender sus necesidades y emociones. Recuerda que necesitan descansar y jugar. Pregúntales cómo se sienten.
  • No olvides abrazar y hablar con tus hij@s sobre lo que sienten y qué miedos tienen. Así podrán sentirse segur@s, tranquil@s y receptiv@s durante el camino. Aprovecha los momentos de descanso para conversar sobre esto.
  • Durante el trayecto, es importante hacer descansos para recuperar fuerzas. Tenemos que ser conscientes de cuánto tiempo y en qué condiciones pueden caminar todos los miembros de la familia o grupo con los que viajamos, especialmente si son menores de edad, adultos mayores y/o mujeres embarazadas.
  • No dejes sol@s a menores de edad y, si no hay opción, déjalos al cuidado de una persona adulta de tu entera confianza, nunca bajo la supervisión de otr@s menores de edad.
  • No dejes que menores de edad vayan al baño o en busca de agua y comida sin supervisión. Siempre acompáñalos.
  • Es recomendable que los menores de edad lleven en su mochila o dentro de su ropa una tarjeta que contenga algunos datos básicos como su nombre, datos de los padres y un contacto telefónico en Colombia y en su país de origen para identificarl@s en caso de que se pierdan y sea necesario reubicar a la familia. Es importante que su nombre no sea muy visible para prevenir que otras personas lo usen para manipularl@.
  • Debemos estar atentos durante el camino para identificar niños, niñas y jóvenes que estén sol@s. Aunque ya es una gran responsabilidad cuidar a tus hij@s, puedes intentar acercarte y colaborar con menores no acompañados de la manera en que puedas: pregúntales si necesitan algo e invítalos a caminar con tu grupo familiar.
  • Durante las paradas de descanso en la noche, ya sea en un albergue o en un alojamiento, acuesta a l@s menores de edad a tu cargo cerca de ti, evitando que duerman al lado de personas desconocidas.
  • Créele a un/a menor de edad si te dice que alguna persona l@ ha estado tocando o mirando de manera incómoda o intimidante. En respuesta, evita o aleja a esa persona de tu familia y si ha ocurrido algún intento de abuso o violencia sexual debes denunciar a la persona y llevar a tus hij@s a que los revise un médico de inmediato. Recuerda que toda emergencia de salud tiene que ser atendida sin importar tu nacionalidad ni en qué circunstancias ocurrió.
  • Ante cualquier indicio de abuso sexual hacia menores de edad, sin importar nacionalidad ni estado migratorio, puedes acceder a servicios de atención y protección en las Casas de Justicia, en una comisaría de familia, en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), o en el centro de salud más cercano. 
  • Puedes conocer más acerca de las rutas de atención en caso de violencia sexual en el siguiente video: https://www.youtube.com/watch?time_continue=1&v=QqUiaRmx794&feature=emb_logo
Si eres mujer o haces parte de la comunidad LGBTIQ:
  • Mientras estés en ruta, mantén un contacto frecuente con tu familia. Cuando tengas acceso a internet, envía siempre un mensaje informándoles sobre dónde te encuentras, con quién viajas, cuál es tu próximo destino y, si es posible, cuándo será tu próxima comunicación.
  • Antes de viajar, traza una ruta para llegar a tu destino, preguntando a familiares y conocid@s que ya estén en Colombia, identificando posibles lugares seguros para parar como Centros de Atención al Migrante o Redes de apoyo para el caso de población LGTBI.
  • Si estás embarazada y te encuentras mal o tienes alguna emergencia, pregunta por el puesto de salud más cercano en tu ruta para recibir atención inmediata. Recuerda que toda ayuda de emergencia y humanitaria es gratuita, sin importar tu nacionalidad o situación migratoria.
  • En la medida de lo posible, trata de viajar en grupo, y de preferencia, en horas de día o con luz.
  • Si viajas sol@, acércate a otras mujeres y conversa con ellas. El cuidado mutuo es la mejor estrategia de seguridad en el camino.
  • Desconfía de quienes te dicen que deberías irte hacia zonas muy lejanas que son municipios pequeños donde vas a conseguir trabajo más fácil porque hay más comunidad LGBTIQ. Por lo general son propuestas para adelantar trabajos sexuales.

¡Pilas en el alojamiento y la zona donde vives!

a. Cuidado con las siguientes situaciones y riesgos

Una vez has llegado a tu destino, debes evaluar en qué medida el lugar donde te hospedas tú y tu familia son entornos seguros, y al tiempo identificar qué peligros pueden estar presentes en el barrio, zona o municipio donde vives. Algunos escenarios de riesgo a tener en cuenta son:

Alojarte en la misma habitación con personas que no son de tu familia o conocidas. Atención: puedes ser víctima de robos y situaciones de conflicto o amenaza.

“Cuando se nos acabó el dinero tomamos la decisión de ir a vivir en la misma habitación con personas que no eran conocidos. Creemos que uno de ellos terminó robando una de nuestras maletas”. “Dejamos el cuarto donde estábamos porque cada noche el ruido de la música que ponía uno de los que vivían en el mismo espacio era insoportable. Nos amenazó cuando le pedimos que le bajara al volumen y luego tuvo una actitud hostil hacia mi esposa y hacia mí”.

Vivir en pagadiarios, pensiones, alojamientos, campamentos u hoteles donde algu@s residentes suelen consumir alcohol o drogas. Atención: tú y tu familia pueden estar expuest@s a comportamientos agresivos y a la oferta de alcohol y drogas. 

“El vecino estaba ebrio todas las noches y una vez buscó pelearse con mi esposo por nada. Pero el problema también era que vendía droga y le ofrecía a los más niños”.

Recibir extorsiones y amenazas de los dueños del lugar donde vives.  

“Los dueños del lugar nos amenazaron con llamar a la policía para deportarnos si no pagábamos el arriendo”. “A mi primo le sacaron unas cosas de valor del cuarto y le dijeron que por atrasarse tenía hasta que pagar un dinero extra o no le devolvían sus pertenencias”.

Que tú o tu familia sean acosad@s sexualmente o maltratad@s por otr@s residentes.

«En donde vivíamos era barato pero nos fuimos porque a mis niñas de 13 y 15 años otros inquilinos las miraban mucho y le decían cosas groseras». “Cuando volví de hacer unas compras uno de mis hijos estaba fuera del cuarto esperando y me contó que uno de los señores que vivía ahí mismo lo gritó y había intentado pegarle”.

Vivir en la calle. Atención: quedas más expuesto a robos y agresiones físicas.

“Cuando me quedé sin trabajo, ya no pude seguir pagando mi arriendo y terminé viviendo en la calle. Estuve durmiendo en cajeros automáticos, plazas, y bajo puentes con personas que estaban en la misma situación que yo. Esta gente, que yo pensé que eran buena gente, me robaron el teléfono y ya no pude comunicarme. Mi familia ni siquiera sabe dónde estoy yo ahorita. No me he podido comprar un teléfono, porque primero es la necesidad de comer…”

Habitar cerca a zonas de expendio de drogas o zonas de tolerancia. Atención: tú y tu familia quedan más expuest@s a ser vinculad@s al consumo y compraventa de drogas, como también a la violencia que rodea estos negocios ilícitos. 

“No me di cuenta en qué momento mi hijo mayor empezó a andar con personas que vendían drogas aquí en el barrio. Parece que al principio lo invitaban a consumir pero luego empezaron a vincularlo con la venta porque podría ganarse una platica haciéndolo y sé que lo están buscando porque debe dinero”.

Habitar cerca a zonas de prostitución. Atención: tú y tu familia quedan más expuest@s a propuestas de prostitución y redes de trata o explotación sexual. 

“En donde vivo es común ver mujeres, niñas y travestis en la calle ofreciendo sexo. Sin embargo, nos alteramos cuando una tarde a mi hija y a mí, una señora nos dio unos regalos para ayudarnos y al tiempo nos contó que podía conseguirnos clientes porque nos veía muy bonitas. Te quieren enganchar todo el tiempo y se que hay vecinas que ya empezaron con eso”.

Habitar en municipios o barrios donde se presenta discriminación hacia personas migrantes y desconocimiento o temor sobre la situación de las personas migrantes. Atención: es necesario saber manejar los rechazos y las conductas hostiles. 

“En el pueblo al que llegué no se veían migrantes y cuando se daban cuenta que era extranjero me miraban mal, no me atendían, me ignoraban todo tiempo, pero luego me encontré con que incluso me decían groserías en la calle”. “Estaba buscando un lugar donde vivir y me encontré con letreros en todas partes que decían que no arrendaban a venezolanos”.

Residir en zonas de alta concentración de crímenes. Atención: no estás exent@ a ser víctima de un delito. 

“Al principio estaba contento porque había conseguido un apartamento pequeño y barato para mi esposa y mi hijo, pero luego me empecé a dar cuenta que en el barrio hay una disputa fuerte entre pandilleros, de hecho cerca a mi casa atracan todo el tiempo e incluso hay muertos que aparecen en las madrugadas”.

Vivir en una zona con influencia de grupos armados. Atención:  tú y tu familia pueden llegar a ser objeto de diferentes formas de violencia, reclutamiento y amenazas. 

“Mi interés era conseguir trabajo donde fuera. Pero durante un tiempo terminé viviendo en una zona rural bien lejos donde una guerrilla es la que todo el tiempo está supervisando quién entra y sale, qué hace uno, se sabía que desaparecían personas o las asesinaban, pero nadie decía nada. Cuando un día me citaron a que fuera hablar con ellos me fui”.

b. Consejos importantes
  • Si convives con personas desconocidas en el mismo espacio asegúrate de crear pautas de respeto mutuo y convivencia para el uso de zonas comunes como baño, lavadero o cocina.
  • Las cosas de valor y tu dinero deben estar siempre en un lugar seguro que no sea obvio para las otras personas.
  • Es importante identificar y conversar con la familia sobre los riesgos que se identifican tanto en la vivienda, como en el barrio y zona en que se habita.
  • Con los vecinos que tengas confianza crea pautas de ayuda mutua como compartir información sobre situaciones o conductas de personas que rodean o viven el alojamiento y son consideradas peligrosas.
  • Procura estar alerta a los comportamientos de los vecinos pues su conducta puede requerir que tomes precauciones específicas para tu seguridad.
  • No te dejes intimidar ante cualquier extorsión o amenaza que ejerzan contra ti en el alojamiento donde estás ya sea por falta de pago o por cualquier otra situación. Nadie te puede deportar automáticamente. Además, puedes denunciar, buscar apoyo y encontrar mecanismos de conciliación para estos casos a través de la Defensoría del Pueblo como a través de Casas de justicia y Centros de Convivencia Ciudadana.
  • La inducción a la prostitución, así como la participación en el microtráfico son delitos. Debes estar muy pendiente a las presiones, engaños y propuestas que vienen de personas que quieren involucrarte a ti o a tu familia. 
  • No respondas a comportamientos hostiles o agresivos contra ti con violencia. 
  • En Colombia aún se registra la actividad violenta de grupos armados no sólo en las trochas sino también en múltiples municipios. Por lo anterior, es indispensable que te informes o preguntes si en el lugar en que estás pensando vivir hay una alta afectación por grupos armados. 
c. Advertencias para grupos específicos
Si eres niño, niña o adolescente que no está acompañad@:
  • No aceptes regalos, comida, ni bebidas de personas vecinas o de tu barrio que piden que a cambio hagas cosas que no te hacen sentir bien como dejarte tocar, que te observen o llevar y traer cosas que no son legales como drogas. 
  • Si te sientes en riesgo o bajo amenaza donde vives, hay instituciones públicas y organizaciones dispuestas a ayudarte de manera gratuita. Puedes consultar cuáles son y cómo comunicarte con ellas en el directorio de esta Guía que se encuentra en la parte 5.
  • Evita o aléjate de personas en estado de ebriedad, o si sospechas que han consumido drogas o cuya actitud te haga sentir en peligro (arman bulla, molestan a otr@s, son agresiv@s etc.).
  • Si sufres algún tipo de abusoen la escuela, en tu lugar de residencia o en la calle o sientes que no puedes con todo (estudios, trabajo), no te calles y háblalo con una persona adulta de tu confianza. Si no sabes con quién, puedes comunicarte con las organizaciones que aparecen en el directorio de esta guía (atención psicológica).
  • Sé parte de tu barrio e involúcrate con alguna organización como voluntari@ , pues así puedes conocer programas, aportar ideas para programas y actividades a favor de toda la comunidad. Además, puedes encontrar personas que te pueden apoyar o asesorar. 
  • Comparte con otras personas lo que sabes hacer y aprende de l@s demás.
Si eres una persona adulta a cargo de menores de edad:
  • Evita que l@s menores de edad caminen cerca de lugares de riesgo como billares, bares o prostíbulos, donde pueden ser objeto de acoso sexual, de violencia sexual o de propuestas que los pongan en riesgo.
  • En donde vives nunca dejes a menores de edad al cuidado de personas desconocidas y tampoco des esa responsabilidad a otros menores de edad (prim@s o herman@s mayores).
  • Cuando estés con tus hij@s pasa tiempo de calidad con ell@s: abrázal@s y pregúntales cómo les ha ido en la escuela, qué es lo que les alegra o les preocupa, por dónde se mueven en su día a día. Mantener estos lazos de confianza, especialmente durante la adolescencia, es fundamental para prevenir situaciones de riesgo.
  • Trata de establecer horarios claros con tus hijas e hijos para sus tareas y tiempo libre, especialmente si salen de casa. Una recomendación importante en el caso de adolescentes es acordar a qué hora tienen que estar en casa en la tarde/noche. 
  • Recuerda a tus hijas e hijos que siempre te informen en dónde van a estar y con quién. Intenta conocer los amigos de tus hij@s o las personas que frecuentan.
  • Conoce y mantén contacto con los padres y madres de los amigos de tus hij@s o menores a tu cargo. De esta manera puedes crear comunidad y tener más ojos que estén pendientes de situaciones y comportamientos de riesgo.
  • Anima a l@s adolescentes a tu cargo a usar su tiempo libre en algo que aporte a su comunidad. Averigua qué organizaciones hay en tu barrio e infórmate sobre las actividades que organizan para menores de edad y jóvenes.
  • Si un menor a tu cargo te habla de una situación de abuso, ya sea en la escuela o en el barrio, cree en su palabra y busca ayuda.  Las casas de justicia si estás en una gran ciudad, o a las comisarías de familia y al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar si estás en ciudades más pequeñas pueden brindarte información y apoyo. No olvides que todo menor de edad tiene derecho a protección sin importar su nacionalidad o estado migratorio.
  • Si un menor de edad a tu cargo llega a casa con regalos de la calle, pregúntale de dónde los ha sacado y quién se los ha dado. Las redes de trata de personas suelen aprovechar estas estrategias para captar a menores de edad.
Si eres mujer o haces parte de la comunidad LGBTIQ:
  • Mantén un trato cercano y buenas relaciones con tus vecin@s y comunidad. Conocerse es el primer paso para romper con los prejuicios. 
  • Conversa con otras mujeres y personas LGTBI sobre tus preocupaciones con respecto a la seguridad en la zona donde vives. Intenta llegar a acuerdos de cuidado mutuo.
  • Si identificas que te siguen o persiguen en la zona donde vives busca apoyo en autoridades locales que apoyan la protección de mujeres y personas LGBTI. Consulta el punto 5 de esta guía.
  • Trata de ser parte de tu comunidad de residencia participando en organizaciones sociales, asociaciones de vecinos o fundaciones. A través de estos espacios puedes crear redes de apoyo cuando necesites ayuda o percibas peligros y también puedes conocer programas o actividades que te beneficien.
  • Promueve actividades de integración para personas LGBTIQ como tú y facilita espacios con actividades para compartir con tu comunidad con el fin de reducir la homofobia, la transfobia y otras formas de rechazo.

Ojo con las ofertas de trabajo ¡de algo tan bueno no dan tanto!

a. Cuidado con las siguientes situaciones y riesgos

Una de las expectativas más importantes al llegar a tu destino es encontrar trabajo. Sin embargo, algunas ofertas laborales que en principio parecen muy buenas y llamativas pueden conducirte a situaciones de explotación, de vinculación en actividades ilícitas y en particular a condiciones en donde tu vida y seguridad quedan en peligro.  Revisa las siguientes situaciones para que no caigas en ellas, pues hay ofertas que no son lo que parecen o incluso puedes estar cometiendo un delito:

Ojo con trabajos donde debes invertir o pagar dinero por adelantado o entregar tus documentos de identificación. Atención: puedes ser víctima de estafa o explotación. 

“Me dijeron que si pagaba 200 mil pesos mi hoja de vida iba a ser preseleccionada para la convocatoria de empleo, pero luego supe que tal trabajo no era real y perdí el dinero”. “Para trabajar en la tienda el dueño me dijo que le tenía que entregar mi cédula y pasaporte como muestra de mi honestidad. En el segundo mes no me pagó y me dijo que tenía que seguir trabajando para él si quería recuperar mis documentos. De lo contrario, que llamaba a la policía para deportarme”.

Ojo con trabajos falsos que se anuncian por internet o por redes sociales. Atención: puedes ser víctima de redes de explotación. 

“A mi prima y a mí un chico muy guapo nos dijo en facebook que podríamos trabajar como modelos o promocionando productos para tiendas. Nos pusimos una cita en un parque en una dirección algo lejana, pero nos acompañó un amigo de confianza. Cuando el chico nos vio de lejos se subió en la moto de otra persona y se fue. Luego desapareció su cuenta de facebook”. “Yo soy chef y en Venezuela recibí muchos correos ofreciéndome trabajar como cocinera en un restaurante en Colombia. Me pidieron fotos y que llenara formularios. Me pagaron el traslado hasta un municipio en Nariño y cuando llegué en realidad querían que trabajara en pornografía. Me dijeron que si me negaba tenía que pagar todo lo que habían invertido en mí para traerme”.

Ojo con trabajos en actividades agrícolas o de minería en lugares lejanos y que supuestamente están bien remunerados. Atención. Puedes ser víctima de trabajos forzados, secuestro, extorsión o pueden querer vincularte en actividades ilegales.

“Me prometieron 1 millón semanal por ir a recoger café en una finca. Pero al final de la semana no me pagaron ni 100 mil pesos diciéndome que me habían descontado la comida, el agua y el alojamiento”. “Un amigo me insistió en que me fuera a una zona rural a cultivar y cosechar para unos señores. Que la paga estaba muy buena. Allá me di cuenta que lo que querían era que trabajara en cultivos de coca y aunque el primer día ya me quería ir, ellos me amenazaron y no pude escaparme del lugar sino hasta una semana después”. ”Acepté una propuesta de trabajo sacando oro en un río porque se supone que se ganaba buena plata. Sin embargo, para poder salir de la zona tocaba darle una parte grande de lo trabajado a un grupo que controlaba la zona y esto no dejaba nada de ganancias”. 

Ojo con obligar a tus hijos o hijas a trabajar para ti o para otras personas. Atención: puedes ser responsable de explotación infantil y poner en riesgo a tu familia. 

“Un vecino empezó a mandar a sus hijos de 11 y 14 años a trabajar cargando bultos en plazas de mercado en la madrugada y en las tardes a hacer mandados y domicilios. Sin embargo, un día uno de los niños se cayó en la plaza de mercado y terminó en el hospital. Allí le advirtieron que estaba al padre cometiendo un delito”.  

Sólo con permisos del Estado y bajo ciertas circunstancias algun@s adolescentes pueden desempeñar trabajos que cumplen con estándares específicos. 
Ojo con “prestarle” tus hijos o hijas a otras personas o recibir dinero por dejarlos con otras personas. Atención: puedes ser responsable de explotación infantil y facilitar que tus hij@s sean víctimas de violencia y abusos. 

“Sabemos que una mujer le prestaba su bebé a dos señores para ir a pedir dinero en la calle. Ella recibía un dinero fijo por esto y le prometían cuidar al niño. Sin embargo, un día esos señores se llevaron al niño y no volvieron a saber nada de su bebé”.  

Cuidado: la mendicidad ajena es una forma de trata de personas que puedes entender mejor en la parte 2 de esta Guía.
Ojo con ofertas para trabajar en bares o como mesero/mesera.  Atención: en realidad pueden querer vincularte en actividades de prostitución. 

“A mi prima le ofrecieron irse a un pueblo a trabajar como mesera. Cuando llegó al lugar se dio cuenta que no querían simplemente que ayudara en el bar, sino que ofrecerle trabajo como mesera también significaba que tenía que prestar servicios sexuales”.

Ojo con propuestas donde aceptas practicar la prostitución ocasional, por fines de semana o de tiempo completo. Atención: puedes ser víctima de violencia y explotación tanto de clientes como de quienes te ofrecieron el trabajo y supuestamente te protegen. 

“Los fines de semana me iba a un pueblo para trabajarle a unos señores que organizaban toda la logística para el servicio. Ponían el lugar y conseguían los clientes. Sin embargo, una vez me salió un señor con que quería hacerme cortadas en el cuerpo y yo me negué. Grité y me quejé hasta que el tipo se fue, pero los que estaban supuestamente pendientes de mi ahí afuera ni se molestaron en preguntar si había pasado algo. Fue muy terrible para mi”. 

Ojo cuídate de no aceptar participar en actividades ilegales. Atención: serías responsable de delitos y además te vuelves vulnerable a redes criminales que no dudarán en usar la violencia contra ti por cualquier razón. 
b. Consejos importantes
  • Sin importar tu situación migratoria, tienes derecho a un trato digno y al reconocimiento remunerado de las labores que realizas. Piénsalo dos y tres veces pues no tienes por qué aceptar o permanecer bajo condiciones laborales que te pongan en una situación de desventaja, explotación o sumisión. Ante cualquier abuso por parte de un/a empleador@ y sin importar si tienes documentos o no, puedes recurrir a una Casa de justicia o la Defensoría. Revisa la parte 5 de esta guía.
  • Siempre comprueba que las ofertas laborales que recibes son reales. Piénsalo dos y tres veces si estas ofertas son de alguna persona desconocida y en particular si aparecen por internet o redes sociales. Puedes comunicarte a la línea 01 8000 52 2020 en Colombia para recibir apoyo gratuito en la verificación de las propuestas de trabajo que recibas.
  • Ten cuidado si te están insistiendo por internet en que aceptes un trabajo o si te están haciendo regalos o pagos por adelantado para que empieces hacia futuro con un trabajo específico. Piénsalo dos y tres veces pues detrás de estas estrategias pueden estar operando redes de trata de personas. Puedes conocer más sobre este delito en la parte 2 de esta guía.
  • Si el trabajo que te proponen implica moverte a lugares lejanos dentro y fuera del país, o en zonas rurales de difícil acceso piénsalo dos y tres veces.  Siempre sospecha de estas propuestas y pide información detallada de las labores que debes realizar, las condiciones en las que vas a vivir, con quién vas a trabajar, y quiénes van a supervisar tu trabajo.
  • Bajo ningún motivo entregues tu documentación a personas que te prometen un trabajo y tampoco aceptes si alguien te dice que para conservar tu empleo debes entregar tus documentos.
  • Recuerda que en múltiples lugares de Colombia puede haber grupos armados o estructuras ilegales que tienen colaboradores encargados de engañar a personas como tú para vincularlas en actividades ilícitas. De hecho, estos grupos están buscando personas que trabajen en cultivos ilícitos, en minería ilegal, en actividades de prostitución y explotación sexual para el beneficio de sus miembros, en venta de drogas, en tener informantes o incluso personas que desempeñen actividades más simples como cocinar. Aunque su pago puede ser atractivo, piénsalo dos y tres veces pues vas a exponer tu vida, libertad y seguridad. Busca a la Defensoría del Pueblo e incluso a organizaciones sociales para obtener información sobre la presencia o influencia de grupos armados en los lugares en donde te ofrecen trabajar.
  • Personas desconocidas, amig@s e incluso familiares te pueden presentar la prostitución como la mejor y única opción de trabajo. Antes de ofrecer sexo por supervivencia habla con otras personas, busca asesoría y apoyo en una organización social del municipio en que te encuentras y en entidades con programas especiales para evitar la trata de personas y la violencia sexual como las que encuentras en la parte 5 de esta guía.
  • Ten en cuenta que la prostitución como opción de trabajo implica múltiples riesgos y formas de violencia así que piénsalo dos y tres veces. A través de tu red de apoyo puedes encontrar alternativas de trabajo y subsistencia diferentes de la prostitución.
  • Ten en cuenta que si llegas a vincularte o participar en una actividad delictiva esto impedirá hacia futuro tu acceso a documentación para regularizarte. Por ejemplo, el PEP implica una revisión de antecedentes penales, así que piénsalo dos y tres veces antes de participar en cualquier actividad ilícita. 
  • Si estás bajo amenaza, chantaje, extorsión y te están obligando a cometer cualquier delito puedes buscar ayuda revisando las instituciones disponibles en el directorio de esta guía. 
Si eres niño, niña o adolescente que no está acompañad@:
  • Recuerda que la edad mínima legal para trabajar en Colombia son los 15 años y para ello, tienes que contar con una autorización expedida por el Ministerio de Trabajo de Colombia, a través de un inspector de trabajo o del ente territorial local correspondiente.
  • Dale prioridad a las ofertas laborales en tu lugar de residencia. Desconfía de ofertas laborales que te lleguen por las redes sociales y te ofrezcan condiciones laborales muy generosas en otros lugares del país que no conozcas. Puedes llegar a ser víctima de trata de personas.
  • Desconfía de ofertas de trabajo en las que te pidan llevar o transportar cajas, maletas, mochilas o cualquier objeto cerrado cuyo contenido no puedas ver. Puedes quedar involucrado en una actividad ilícita.
Si eres una persona adulta que convive con menores de edad:
  • Escucha y dialoga con tus hij@s de manera permanente para entender qué piensan y que sientan que sus opiniones se toman en cuenta. De esta manera va a ser más fácil que te compartan sus planes, proyectos, problemas y por esta vía puedes saber si hay personas haciéndoles ofertas que pueden generarles riesgos.
  • Enséñale a tus hij@s a rechazar y desconfiar de personas que les dan regalos, que les proponen viajar o ganar dinero fácil.
  • Recuérdale a tus hij@s que no deben aceptar ir con desconocid@s a lugares que no conocen o entregar fotografías privadas por las redes sociales.
Si eres mujer o haces parte de la comunidad LGBTIQ:
  • Ningún trabajo que te lleve a una situación de sumisión, explotación, miedo o al deterioro de tu situación psicológica vale la pena aunque parezca que es la única opción para ganar algo de dinero. Hay entidades y organizaciones que te pueden ofrecer ayuda y asesoría si estás presentando una situación de trata en forma de abuso laboral o explotación sexual o de servidumbre. Consulta el directorio en la parte 5 de la guía. 
  • Mucha atención: la mayor parte de las propuestas de trabajo en prostitución están dirigidas a mujeres, niñas y personas de orientación sexual y de género diversa, sin embargo, niños y hombres también pueden ser inducidos a la prostitución o al desarrollo de actividades sexuales diversas como la pornografía.
  • Desconfía inmediatamente de una persona o familiar que te diga que la prostitución es tu mejor opción para sobrevivir, que te diga que es lo único que podrías hacer o que a través de este medio vas a obtener la protección de otras personas. Piénsalo dos y tres veces pues personas que te ofrecen la posibilidad de prostituirte quieren aprovecharse de ti, pueden sacar beneficios de tu actividad de prostitución y en realidad no les importa si en medio de esta actividad sufres algún daño físico o psicológico.
  • La prostitución por decisión propia ya sea de manera permanente o de manera ocasional no deja de ser peligrosa por los riesgos de salud y de seguridad que vas a asumir. Piénsalo dos y tres veces dado que puedes quedar en embarazo, puedes contraer una enfermedad de transmisión sexual pero también sufrir enfermedades infecciosas respiratorias, digestivas o urinarias, puedes ser víctima de una agresión sexual y también desarrollar o agravar enfermedades psicológicas.
  • Contacta y conversa con organizaciones sociales, otras mujeres, personas LGBTIQ y organizaciones de apoyo sobre tus preocupaciones acerca de tu trabajo o la labor que realizas o incluso si no tienes trabajo. A través del diálogo puedes recibir consejos y acceder a programas de ayuda que puedes necesitar en cualquier momento.

¿Conoces las situaciones de riesgo que rodean la mendicidad y el trabajo informal en la calle?

a. Cuidado con las siguientes situaciones y riesgos

Si te encuentras por cualquier circunstancia en condición de mendicidad, es decir que dependes económicamente de pedir dinero a otras personas de manera directa, o te dedicas a vender cosas en la calle, limpiar parabrisas, cuidar carros y otras prácticas informales para garantizar tu supervivencia, es fundamental que tengas presente las siguientes situaciones y riesgos para que adoptes las medidas más adecuadas de protección y cuidado:

Tú o tu familia pueden sufrir afectaciones físicas por el clima o por accidentes vehiculares. 

“Con mi familia vivíamos de pedir dinero en un semáforo y en un descuido mi hija se bajó sola de la acera y fue atropellada por una camioneta”. “Nosotros vendíamos fruta con mis dos hijos en la calle y la mejor venta era al medio día. Una tarde mi hijo menor se desmayó por deshidratación”. “Mi hija y yo desarrollamos una bronquitis pues trabajábamos limpiando vidrios hasta la noche y aguantábamos frío y lluvia”.  

Tú o tu familia pueden sufrir acoso y violencia sexual al trabajar en la calle por parte de cualquier persona. 

“Nosotros cuidábamos los carros que se estacionaba cerca al hospital y un día un señor hasta bien vestido terminó tocándome el trasero”. “Todos los días un señor venía a comprarme tintos en la mañana y mientras tanto que servía siempre se ponía a conversar con mi hija. Fue otra vendedora la que me advirtió que ese señor miraba de manera atrevida a mi hija” 

Tú o tu familia pueden presentar afectaciones emocionales y discriminación.

“Una de las cosas más duras de trabajar en la calle es que es común recibir insultos, malas miradas y que me digan que me devuelva a mi país”. “Estar pidiendo dinero en la calle me llevó a desarrollar mucha ansiedad y hasta insomnio pensando cuanta plata podía reunir al día siguiente”. “Trabajando en la calle vivía muy estresado y con miedo porque donde vendía dulces a veces pasaban unos hombres cobrando una cuota que me daba el derecho a estar ahí por las mañanas, pero ellos siempre me pedían plata de mala manera y hasta me amenazaban diciendo que si no pagaba un poco más que me iban a buscar hasta donde vivía”.

Tú y tu familia pueden estar perdiendo la oportunidad de estudiar o de aprender conocimientos básicos para tener un mejor futuro. 

“Yo salía a pedir dinero con mis hijos y me enteré mucho tiempo después que podía inscribirlos gratis a un jardín. Cuando empezaron a estudiar me di cuenta que estaban bastante atrasados en términos de escritura y lectura para su edad” “Por dedicarme a pedir plata nunca le puse atención a la opción de ingresar a un bachillerato donde también aprendes labores para trabajar”.

Tú o tu familia están más expuest@s a la oferta de drogas. 

“Mientras trabajaba en la calle mi hija se ponía jugar con otros niños que estaban igual que nosotros vendiendo cualquier cosa en el semáforo. Parece que a ella le ofrecieron drogas para que no le diera hambrey muy rápido la volvieron adicta. Cuando me di cuenta de lo que pasaba, ella dijo que no iba a dejar de consumir y se fue de la casa”.

Tú o tu familia están más expuest@s a propuestas para participar en actividades ilícitas. 

“Yo armé un carro para vender dulces en una calle donde pasan muchos estudiantes hacia un colegio. En general me iba bien. Sin embargo, me tocó irme de ahí por que unos tipos con una señora me insistían en que podíamos hacer negocio juntos si ayudaba a vender ahí mismo drogas pues tenían clientes asegurados entre niños y jóvenes”.

Tú o tu familia están más expuest@s a redes de explotación sexual y grupos armados que pueden querer aprovechar tu condición de necesidad. 

“Yo vendía aguacate en la calle y tenía siempre una ruta específica. El dueño de una tienda por donde pasaba siempre me decía que era muy bonita y que podía hacer dinero más rápido y fácil si estaba interesada. Que él tenía amigos clientes que pagaban muy bien.”

Mucho cuidado: si permites que tus hij@s sean usados por otras personas o por familiares para mendigar estás incurriendo en un delito. 

“Mi cuñada se iba todos los días a trabajar a un restaurante. Mientras tanto su prima salía con la bebé a pedir dinero a la calle diciendo que era su propia hija. Ahora las están investigando por esta situación”.

Mucho cuidado: hay redes y personas que pueden engañarte o amenazarte para que practiques la mendicidad y que luego les entregues parte del dinero que recibes. Esto te convierte en víctima de trata de personas lo cual es un riesgo que puedes revisar en la parte 2 de esta guía. 

“Yo tengo 15 años y estoy sin mi familia en la ciudad. Yo trabajo con unos señores que me dejan dormir en un cuarto siempre y cuando les entregue 20 mil pesos diarios. Ellos a veces me dan una bolsa de dulces para vender y otras veces me llevan a centros comerciales y a iglesias para pedir dinero”. “Hace un tiempo pedimos una plata prestada a una gente peligrosa y ahora para poder pagarles nos toca ir a pedir dinero donde ellos nos digan. Estamos vigilados y todos los días entregamos más de la mitad de lo que recogemos”.

b. Consejos importantes
  • Si tu trabajo implica estar cerca o ubicarte en calles transitadas por carros, camiones o bicicletas no te descuides pues en cualquier momento tú o tu familia pueden sufrir un accidente. 
  • No descuides la alimentación e hidratación mínima que necesitan tú o tu familia si tienes que trabajar en la calle. No alimentarse bien o beber agua de cualquier lugar los puede llevar a enfermarse y a desarrollar enfermedades crónicas o permanentes. Busca programas de ayuda para alimentos o comedores si es necesario para que tu familia no pase hambre a través de las instituciones de apoyo transversal que están en el directorio de esta guía.
  • Debes estar alerta a tu estado de salud y al de tu familia cuando trabajes en la calle dado que las condiciones de extremo sol, lluvia, frío o contaminación puede llevarlos a enfermarse. Es fundamental que siempre estén preparados para abrigarse ante situaciones de frío o para afrontar condiciones de mucho calor.
  • Ante situaciones de acoso sexual en la calle no hay que callarse y no debes pensar que tú o tu familiar es culpable de lo que pasó. Si denuncias públicamente o frente a otras personas lo que te está sucediendo, la persona agresora sentirá vergüenza y se irá. 
  • También puedes denunciar a la persona que es responsable de acoso y otras actividades más graves como exhibicionismo o abuso sexual ante una autoridad como la policía, personería o defensoría sin importar tu estatus migratorio.  Y si la situación se convierte en una emergencia o una situación que pone en riesgo tu vida o integridad o la de tu familiar, puedes llamar al número único de emergencias 123. 
  • En la calle es necesario estar alerta a ofertas de drogas, de trabajos de inducción a la prostitución y a ofertas para participar en actividades ilícitas pues las redes de tráfico y de delincuencia por lo general buscan aprovechar y vincular personas que se encuentran en la calle.  
  • Sobrevivir trabajando en la calle puede llevarte a pensar de manera equivocada que si tu apariencia o la de tu familia refleja más pobreza y descuido vas a recibir más dinero por esto. Al contrario, puedes generar más rechazo entre la gente y poner en condiciones indignas a tus seres queridos. Valórate, cuídate y cuida a l@s tuy@s.
c. Advertencias para grupos específicos
Si eres niña, niño o adolescente no acompañad@ o convives con menores de edad:
  • Si eres menor de edad y estás frecuentemente en la calle, aprende a ser desconfiad@ de quién te da constantemente regalos y después te pide hacer algo a cambio. Trata de evitar los lugares donde se encuentran estas personas y aléjate. Las personas que realmente quieren ayudarte, no piden nada a cambio.
  • Conversa con tus hij@s o menores a tu cargo sobre los riesgos de la calle para que no caigan en engaños o actividades que los pueden poner en riesgo.
  • El uso de menores de edad para la mendicidad es considerado explotación infantil y está prohibido en todo el territorio colombiano con medidas que van desde multas hasta la pérdida de la custodia de l@s menores de edad.
  • Evita que tus hij@s o menores a tu cargo se queden en la calle sin supervisión de una persona adulta de tu confianza.
  • La educación es un derecho básico para el desarrollo de las niñas y los niños. El uso de menores de edad para la mendicidad y la venta ambulante callejera limita y/o impide el goce de este derecho. Los niños y las niñas necesitan estudiar y disfrutar de su tiempo libre ¡No seas cómplice de la trata o explotación infantil! 
  • Si debes trabajar en la calle y tienes niñ@s o jóvenes a tu cargo, lléval@s a centros de cuidado, jardines, centros educativos y culturales que por lo general están dispuestos por parte de la alcaldía, de ICBF o de organizaciones sociales. Pregunta e infórmate sobre la existencia de estos espacios. En estos centros por lo general no cobran y pueden recibir a tus hijos sin importar tu condición migratoria. Además, en estos estos espacios hay personas especializadas que van a apoyar la educación, bienestar y cuidado de niños y niñas. 
Si eres mujer o haces parte de la comunidad LGBTIQ:
  • Mientras estés trabajando en la calle, evita los lugares poco iluminados y aislados y ubica en tu zona aquellos espacios abiertos 24h o que abran hasta tarde como farmacias, supermercados o gasolineras porque pueden convertirse en espacios seguros ante situaciones de amenaza o riesgo.
  • Recuerda que ante cualquier emergencia de salud tienes derecho a ser atendid@ sin que tu condición de género u orientación sexual sean usados como barreras para el acceso a estos servicios.
  • No permitas que tu pareja o familia se aproveche de ti o abuse de ti obligándote a trabajar en la calle o a tener que desarrollar trabajos que no quieres realizar. Revisa organizaciones que ayudan a personas como tú ante situaciones de violencia basada en género en el directorio que está al final de la guía.
  • Si trabajas en la calle, una buena medida de autoprotección es guardar en tu celular el número único de emergencia 123 y también el teléfono de alguna persona amiga para poder comunicarte ante una situación de riesgo y/o emergencia.
  • Trabajando en la calle crea acuerdos de apoyo y cuidado mutuo con otras personas que estén en trabajando o viviendo en la zona donde estás para que ante cualquier situación puedan ayudarse.
  • Trabajando en la calle puedes sufrir acoso por parte de personas que pueden empezar a hacerlo de manera frecuente y tornarse violentas si no se paran a tiempo. Cuídate de los acosadores enfrentando la situación de manera directa, diciendo que tienes grabaciones para denunciar a la persona y utilizando un lenguaje respetuoso.  
  • Si la situación de acoso se repite de manera frecuente, trata de grabar lo que ocurre con tu celular. Esta grabación puede servirte de prueba ante una autoridad e incluso como medida para persuadirles de seguir haciéndolo. En la parte 5 de esta Guía puedes comunicarte con instituciones que pueden asesorarte y apoyarte en este tipo de situaciones. 
  • Policía, militares y hasta funcionarios de diversas entidades pueden ser responsables en casos de acoso, burla y persecución contra población LGBTIQ. No dudes en dirigirte a la Defensoría del Pueblo para denunciar el caso y recibir el apoyo o la orientación necesaria. 
  • Ante cualquier situación de amenaza, hostigamiento o riesgo, es muy importante poder tener evidencias que demuestren el hecho, sean videos, fotos o grabaciones de voz, para poder presentarlas ante la entidad correspondiente y realizar la denuncia del caso. De esta manera, es posible evitar que estas situaciones sigan produciéndose.
  • Si estás en la calle y una persona desconocida te pide que le acompañes a algún lugar con el motivo que sea y te da mala espina, no aceptes. Confía en tu instinto porque puede ahorrarte situaciones de riesgo o incómodas. 
  • Si ejerces la prostitución evita conocer a posibles clientes en lugares apartados y oscuros y trata de hacerlo en lugares donde hay mas gente o tránsito de vehículos. De esta manera puedes analizar mejor la decisión de aceptar o no su oferta. Si te subes a un carro asegúrate que un amig@ tome la información de las placas del vehículo como medio de protección.
  • Si decides consumir algún tipo de sustancia alcohólica o psicoactiva mientras trabajas en la calle, nunca la aceptes de un cliente porque no conoces la cantidad (dosis) o composición de la misma y puedes ponerte en mayor riesgo de violencia o sobredosis.

El conflicto armado puede afectarte a ti o a tu familia: ¡debes mantenerte alerta!

a. Cuidado con las siguientes situaciones y riesgos

En Colombia hay múltiples grupos armados que no sólo tienen presencia en las trochas sobre las fronteras, sino que además tienen influencia en municipios grandes como pequeños, esto incluye zonas rurales y también ciudades. Por este motivo tú y tu familia deben mantenerse alerta a las siguientes situaciones y riesgos que pueden afectar su vida, seguridad, integridad y libertad:

Puedes ser víctima de minas antipersonal o artefactos explosivos que han sido colocados o abandonados en trochas, zonas rurales o cerca a los ríos.  

Caminando por una trocha nos encontramos con una persona de la zona que nos advirtió que no debíamos bajar hacia el río porque la zona estaba llena de minas antipersonal”. “Vivimos en un municipio rural y en el colegio donde tengo a mi niño hay una zona de bosque que la tienen cercada porque se sabe que hay minas antipersonal”

Puedes ser víctima de reclutamiento forzado por parte de grupos armados para adelantar acciones militares, de logística o incluso tareas sexuales 

“Sabemos que a una vecina terminaron llevándosela integrantes de un grupo armado no para que fuera soldado sino para que sea novia o acompañante de los comandantes”. “En nuestra fundación no volvimos a saber nada de dos jóvenes de 13 y 14 años. Una amiga de esos chicos nos contó que empezaron a recibir regalos, plata y visitas de unos hombres que les estaban prometiendo mejores condiciones, dinero y hasta armas si decidían empezar a hacer trabajos como informantes y mensajeros para ellos”.  “Nos llegó información de una familia a la que amenazaron con asesinarla si no se vinculaban con el grupo armado”.

Puedes ser víctima de distintas formas de violencia por parte de grupos armados tales como extorsiones, amenazas, secuestros, homicidios, desapariciones, lesiones personales, desplazamiento forzado, confinamiento)o restricciones a la movilidad) en el municipio donde te encuentras. 

“En el municipio donde estábamos viviendo empezaron a aparecer hojas o panfletos firmados por las Autodefensas Gaitanistas diciendo que todo venezolano debía irse del pueblo, con estas amenazas decidimos que lo mejor era buscar un nuevo lugar para vivir”. “Nosotros nos fuimos del barrio en el que vivíamos porque unos hombres que decían ser del ELN nos empezaron a extorsionar exigiendo que pagáramos varios millones para que no nos pasara nada y que pudiéramos mantener el restaurante que montamos”. “Sabemos que grupos armados han sido responsables de asesinar y desaparecer unas mujeres y niñas que ejercen la prostitución”.

Puedes ser objeto de engaños y amenazas por parte de grupos armados para participar en actividades ilícitas como el contrabando, la minería ilegal, o el cultivo de coca. 

“Me propusieron ir a cosechar café con un buen pago en una finca, pero allá el negocio era otro. Había que ir a raspar coca y los que manejaban esa finca eran grupos armados”. “Yo hacía por mi cuenta la compra de gasolina del otro lado de la frontera y luego la pasaba para ser vendida, sé que esto no estaba permitido y por eso ya estaba cambiando de actividad. Sin embargo, un grupo armado con mucho poder en la zona me amenazó a mi y mi familia con que tenía que ayudarles a entrar y sacar cosas por la frontera”.

b. Consejos importantes
  • Conoce el territorio en el que estás viviendo mirando noticias, conversando con personas de confianza o buscando información que te ayude a saber si en la zona donde vives hay presencia o influencia de grupos armados y espacios particularmente peligrosos que debes evitar o si se sabe de lugares donde hay presencia de minas antipersonal.
  • Debes estar alerta sobre las conversaciones que tienes, la información personal que compartes y las personas que te hablan, pues grupos armados a través de sus redes pueden querer obtener datos que pueden ser usados en tu contra.
  • Si recibes una amenaza, te sientes en riesgo o sufres un evento de vulneración avisa de inmediato a las autoridades locales y si sientes desconfianza de las autoridades locales busca el apoyo de una autoridad nacional o una organización social que puede brindarte ayuda. Consulta el directorio de la parte 5 de esta guía.
  • Es bueno que acuerdes con personas de confianza un lenguaje de códigos o algún tipo señal para cuando quieras informar que te encuentras en una situación de riesgo o amenaza. 
  • Hay que evitar caminar solos por trochas o vías en zonas donde hay sospecha de influencia de grupos armados.
  • Si la situación de amenaza es inminente, de ser posible, trata de huir de quien te ataca y busca un lugar público y seguro. 
  • No aceptes encontrarte en lugares solitarios o apartados con personas que posiblemente hagan parte de grupos armados.
  • Los grupos armados pueden tener personas que pueden querer reclutarte o vincularte en diferentes actividades ilícitas mediante propuestas de trabajo, regalos o incluso con la oferta de darte vivienda, alimentación y protección. Lo aconsejable en estos casos más que enfrentar a estas personas es no mostrar temor y “seguir el hilo” o simular que no te molesta la propuesta para que no tomen medidas violentas contra ti. Puedes decir por ejemplo que vas a pensar la oferta y que por el momento no puedes ir con ell@s porque debes ir de manera urgente al médico.  Si logras salir de esta situación, evita encontrarte nuevamente con estas personas y si te insisten o lo ves necesario, puedes recibir ayuda de organizaciones e instituciones como la Defensoría y la Personería que están muy atentos a acompañar estas situaciones de riesgo.
  • Ten cuidado con las minas antipersonal que pueden estar por lo general en caminos y trochas abandonadas, alrededor de bases militares, viviendas o construcciones abandonadas o cerca a los ríos en lugares apartados.
  • Identifica espacios que puedan servirte como refugio si se llegan a presentar eventos violentos o armados. Por ejemplo, si llegas a encontrarte en una situación de persecución o en medio de una acción armada o enfrentamiento entre grupos, busca protegerte o esconderte en espacios seguros como escuelas, hospitales o iglesias.
  • Analiza e identifica qué organizaciones, autoridades y personas pueden llegar a ayudarte ante una situación de amenaza o violencia que venga de un grupo armado. Para esto revisa la parte 5 de la guía donde encontrarás por tipos de riesgo entidades y organizaciones dispuestas a acompañarte y protegerte.
  • En una condición de de amenaza es preferible que busques un lugar alternativo donde vivir y que denuncies ante las autoridades lo que te está ocurriendo.
c. Advertencias para grupos específicos
Si eres niña, niño o adolescente o viajas y convives con menores de edad:
  • Colombia está pasando por tiempos de violencia complicados como consecuencia del conflicto armado interno. Debes evitar ir a determinadas zonas del país afectadas fuertemente por las consecuencias de este conflicto donde hay aún presencia de grupos armados y campos minados o artefactos que pueden explotar con el contacto. 
  • Si tienes que transitar por estas zonas de influencia de grupos armados, una recomendación básica es evitar salirse de los caminos despejados y no recoger nada del suelo.
  • Si te encuentras con grupos armados mientras caminas y no lo puedes evitar, siempre responde que caminas en grupo, aunque no sea cierto. Puedes mencionar que tus padres o algún otro familiar caminan detrás tuyo y que tú estabas adelantándote para conocer el camino.
  • Por las trochas y caminos recuerda a los menores de edad a tu cargo que no recojan nada del suelo pues pueden activar una mina.
Si eres mujer o haces parte de la comunidad LGBTIQ:
  • Evita caminar o movilizarte sol@ por lugares aislados y poco transitados, especialmente en zonas rurales, porque es mas probable el encuentro con grupos armados.
  • Mantén contacto frecuente con tu red de apoyo, ya sean familiares, amig@s o vecin@s, para que sepan dónde estás y con quiénes estás.
  • Si en el municipio en que vives tienes claro que hay influencia o presencia de grupos armados debes tener cuidado con bares, billares, o lugares que puedan ser frecuentados por personas que pertenecen a estos grupos.
  • Si eres víctima de acoso, hostigamiento o de humillaciones por parte de personas vinculadas a grupos armados, busca ayuda de inmediato ante una entidad como Defensoría o Fiscalía. Trata de generar evidencias de esta situación, como videos, fotos o grabaciones de voz que te puedan servir como pruebas.
  • Si personas de grupos armados anuncian públicamente que tomarán medidas contra personas LGBTIQ no dudes en buscar protección de inmediato con la Defensoría del Pueblo o la Policía. 
  • Si tienes claro que grupos armados se han encargado de desaparecer o asesinar personas LGBTIQ en el municipio en el que vives esto es un antecedente que no debes descuidar y es mejor buscar asesoría o protección.

Por qué y cómo debes cuidar tus documentos de identificación

a. Cuidado con las siguientes situaciones y riesgos

Los documentos de identificación expedidos en tu país de origen como también los documentos que obtienes para ingresar a Colombia son indispensables para múltiples procedimientos durante tu proceso de tránsito o permanencia en el país. Es fundamental que los cuides y que tengas precaución con las siguientes situaciones.

Pilas: No es una buena idea salir de tu país sin ningún documento que certifique tu identidad o la de tu familia. Atención: los documentos expedidos en Venezuela pueden ser útiles para iniciar varios procesos en Colombia y te pueden servir en caso de emergencia. 

“Mi hija nació en Colombia y cuando fuimos a registrarla me pidieron algún documento de identificación para completar el procedimiento. Yo pensé que no se iba a poder porque yo no tenía documentos para estar en Colombia y me habían robado la cédula venezolana. Sin embargo, me sirvió haber traído mi registro civil de Venezuela para acreditar mi identidad como papá”. 

Pilas: Hay personas que te quieren engañar pidiendo que les entregues tu documentación para una oferta de trabajo, un trámite, para cruzar la frontera o para adelantar cualquier proceso, pero en realidad puedes ser víctima de extorsión y del robo de tus documentos. 

“En el barrio donde trabajaba vendiendo dulces, una señora me dijo que si le daba mi pasaporte y le pagaba una plata ella me podría conseguir una visa pero lo que ocurrió es que terminó robando mi pasaporte y mi dinero. La señora se desapareció después de que venía por la zona a traernos cosas y regalos”. “Para pasar por la trocha en el desierto me dijeron que tenía que entregar mis documentos si quería que me llevaran en el camión. Al llegar a un punto donde nos bajaron no me quisieron devolver mi cédula”.

Pilas: Cualquier autoridad te puede pedir que le muestres tus documentos, pero bajo ninguna circunstancia se pueden apoderar o quedar con ellos.

“Estábamos en una fiesta y llegó la Policía a revisar qué estaba pasando por el ruido. En esto me pidieron mi identificación y yo di mi Permiso Especial de Permanencia (PEP). Uno de los policías que ya se iba se quería llevar mi identificación y yo no sabía que hacer. Menos mal una abogada que estaba en la fiesta le advirtió al policía que esto no lo podía hacer. Yo no lo sabía”.

Pilas: En cualquier descuido puedes perder tu documentación o ser víctima de robo. 

“Yo trabaja en la calle vendiendo cosas en un semáforo a la gente que paraba allí en su carro. Tenía la costumbre de cargar conmigo los documentos originales. Una tarde, pasaron un par de ladrones que se llevaron mi maleta y con ella todos mis documentos”.

Pilas: Debes estar listo o lista para mostrar los documentos de identificación de tus hijos o hijas. Atención: es importante que puedas demostrar que tienes un vínculo familiar con las personas menores de edad con las que estás. 

“Una tarde llegaron personas del ICBF y la policía a conversar con las familias que estábamos trabajando con los niños en la calle pues nos dijeron que había una denuncia de un hombre que cada día se paraba con un bebé diferente a pedir plata. Nosotros teníamos las copias de los documentos de nuestros hijos y pudieron darse cuenta que eran otras personas a las que buscaban”.

Pilas: Se han generado separaciones de familias en Colombia donde parte de l@s integrantes se quedan sin copia de sus documentos de identidad. 

“Estábamos caminando por la carretera y terminamos aceptando que nos llevara una persona de un bus a mi hijo y a mí. El problema fue que mi hermano no cabía y luego en el punto de encuentro mi hermano nunca llegó. Él cargaba todos nuestros papeles y ahora no tengo ningún documento conmigo”.

Pilas: No le prestes tu cédula, pasaporte, PEP o cualquier documento a nadie.

“Un primo me pidió el favor de que le prestara mi PEP para poder ir a presentarse a un trabajo en donde sólo le iban a pedir una vez este documento y yo acepté. Pero mi primo simplemente se desapareció y se llevó mi documento”.

Pilas: Pueden extorsionarte o cobrarte por procesos que son gratuitos relacionados con la obtención de documentos de identidad. 

“La página de la entidad en la que teníamos que solicitar la cita para sacar el documento siempre estaba colapsada, pero nos dijeron que había una persona que podía ayudar a sacar la cita rápido si le dábamos un dinero”.

b. Consejos importantes
  • No salgas de tu país sin contar con todos los documentos de identificación que tengas y crea copias tanto en físico como online mediante fotos. 
  • Envía las imágenes o copias de tus documentos a tu correo o a alguien de confianza. También puedes crear un correo electrónico al que puedan acceder todos en tu familia y colocar allí las copias de los documentos. Este correo también puede servir como medio de contacto en una emergencia. 
  • Lleva siempre contigo una copia de tu documentación y la de tus hij@s.
  • No le entregues tus documentos o los de tu familia a un/a desconocid@ ni a nadie. 
  • No dejes tus documentos en maletas o lugares que no están bajo tu supervisión o no son seguros.
  • Si pierdes algún documento o te lo roban, debes hacer la denuncia en la página web de la Policía Nacional de Colombia  https://www.policia.gov.co/ y colocar en el sitio la denuncia. Si no tienes acceso a internet dirígete a unas de las sedes de la Policía Nacional o de la Unidad de Reacción Inmediata (URI). Con este procedimiento podrás obtener una constancia de la pérdida de tus documentos.
  • Nadie tiene el derecho a quitarte tus documentos. Sin embargo, si un grupo armado o criminal te está presionando o amenazando para que entregues tus documentos es mejor que digas que no tienes contigo los originales y si es necesario, intenta entregar sólo las copias.
  • Pide ayuda o asesoría de personas de confianza antes de recurrir a desconocid@s para hacer trámites de solicitud de documentos de identidad por internet o directamente. La mayoría de estos trámites son gratuitos y no tienes por qué pagarle a tercer@s para sacar citas o para que te entreguen tu documentación.
c. Advertencias para grupos específicos
Si eres niña, niño o adolescente o convives con menores de edad:
  • Antes de realizar cualquier trámite oficial (migraciones, salud, educación, etc.), infórmate bien dónde tienes que dirigirte y sus horarios de atención. Siempre realiza tus trámites en los espacios, sean puestos o instituciones, asignados para ello. Evita entregar tus documentos o los de tu familia (especialmente de tus hijas e hijos menores de edad) a otras personas ajenas a dichas instituciones para evitar pérdidas, robos y mal uso de los mismos.
  • Guarda tus documentos originales y los de tu familia (registro civil de nacimiento, tarjeta de identidad, registros escolares y médicos) en un lugar seguro dentro de tu alojamiento, en lo posible dentro de un plástico para evitar que se estropeen con el agua o el polvo. Llévalos contigo solo en caso que necesites identificarte para hacer un trámite oficial.
  • Lleva siempre contigo una copia digital o impresa de un documento de identidad, sea una fotocopia o una foto que hayas tomado con tu celular por si te piden demostrar tu identidad. 
  • Evita que tus hij@s o menores de edad a tu cargo carguen su documentación oficial (pasaporte o partida de nacimiento) y, de ser necesario para realizar un trámite, que sea la persona adulta responsable la que se haga cargo de llevar los documentos y mostrarlos a la autoridad correspondiente. Sin embargo, es importante que l@s menores de edad carguen siempre una fotocopia de uno de sus documentos (partida de nacimiento, registro, cualquier carnet o pasaporte) para que puedan ser identificados en caso de perderse.
Si eres mujer o haces parte de la comunidad LGBTIQ:
  • No te confíes en que tu pareja o en que otra persona cargue o cuide tus documentos. Es mejor que siempre tengas tus documentos originales y tu propia copia.
  • Si eres una mujer u hombre trans, y un funcionario te pide tus documentos para algún procedimiento recuerda que tienes derecho a que te llamen por el nombre que hayas elegido. De lo contrario, la persona que brinda la atención o un servicio estaría cometiendo un acto de discriminación 
  • Mantente informad@ sobre tus derechos como mujer y como parte de la comunidad LGBTIQ. Tienes derecho a ser reconocid@ en tu identidad de género u orientación sexual y a no ser discriminad@. 
  • Si has sido víctima de discriminación por parte de una autoridad o ciudadan@, puedes denunciarlo. En la parte 5 de esta Guía, puedes encontrar cómo comunicarte con instituciones que pueden apoyarte y orientarte en este tema.
  • Para reconocer tu identidad de género no es necesario someterte a ningún tipo de examen físico ni psicológico: es tu derecho. 

Lo más importante: tu bienestar físico y psicológico

a. Cuidado con las siguientes situaciones y riesgos

El tránsito, llegada y adaptación a otro país implica muchos cambios y experiencias que pueden llegar a afectar tu bienestar físico y psicológico de manera progresiva o sin que te des cuenta. Debes estar alerta pues justamente personas y grupos pueden aprovecharse de que tú o tu familia se sienten débiles, sin energía, con frustraciones o no se sienten bien, para engañarlos, abusar de su situación o inducirlos a realizar actividades que los pueden colocar en riesgo. Por esta razón, debes estar muy pendiente si tú o tu familia experimenta alguna de las siguientes situaciones que hacen necesario tomar medidas de cuidado y considerar los consejos que están abajo:

Puedes experimentar afectaciones a nivel emocional y cognitivo: esto se manifiesta en ansiedad, miedo, inseguridad, frustración, tristeza y llanto, enfado, culpa o autorreproche, sensación de soledad, fatiga, impotencia, pero también en desorientación, falta de memoria o pérdida de concentración. Los niños, niñas y adolescentes además pueden presentar llanto excesivo, rebeldía, enfado constante, dejar de hablar o conversar, miedo excesivo a situaciones que no lo ameritan y miedo a la separación de la familia.

Puedes enfermarte o presentar dificultades físicas: al caminar por largos períodos de tiempo puedes sufrir deshidratación, insolación, afectaciones respiratorias por los cambios de temperatura o incluso, problemas en tus pies o tu espalda o problemas estomacales por los alimentos o bebidas que has consumido. Sin embargo, tus emociones también te pueden generar dolores de cabeza, dolores gástricos o tensión muscular. Adicionalmente, si presentas problemas económicos debes estar alerta a que tú o tu familia presenten problemas de desnutrición por la reducción en el consumo de alimentos. 

Puedes tener cambios de comportamiento: esto se manifiesta en cambios de apetito o peso, irritabilidad, actitudes y comportamientos agresivos, si estás todo el tiempo a la defensiva, si experimentas dificultades para dormir, si se empieza consumir o aumenta el consumo de alcohol o se empiezan a tomar medicamentos sin una orden médica. 

Puedes experimentar problemas motivacionales: puedes sentir que ya no tienes ninguna meta o pensar que no tienes capacidades o que eres inútil, sentir indiferencia a todo, o no tener respuestas emocionales a cosas y momentos a los que normalmente reaccionarías. Los niños, niñas y adolescentes pueden presentar resistencia a ir a la escuela o presentar indiferencia ante situaciones que antes les generaba alguna reacción.

Tu condición emocional o psicológica puede impedirte que respondas o denuncies a situaciones de violencia sexual, violencia basada en género o violencia intrafamiliar: si estás viviendo una situación de depresión, frustración o desorientación es probable que no te sientas en la capacidad de decir no, de reaccionar o denunciar distintas formas de  violencia sexual, de género o en casa, por lo que es necesario que busques ayuda en centros y con personas que pueden protegerte a ti y a tu familia como lo recomendamos a continuación. 

b. Consejos importantes
  • Aprovecha los momentos que se puedan para conversar sobre tus emociones y también para conocer cómo está tu familia. Si estás en tránsito o caminando crea espacios para conversar con las personas con las que viajas para intercambiar cómo se han sentido, comentar lo que han visto y lo que piensan. A través del diálogo se pueden expresar sensaciones y temores que puedes manejar o reducir si logras compartirlas con otras personas.
  • Si a ti o a tu familia no les gusta conversar mucho sobre lo que sienten o piensan, una opción es escribir en un diario o dibujar para facilitar la expresión de lo que se siente, entender lo que se extraña, lo que se desea o lo que se teme.
  • Si presentas por momentos sensación de depresión o ansiedad es importante realizar ejercicios de respiración. Aunque no lo creas acostarte en el piso y respirar tranquilamente puede ayudarte a sentirte mejor.
  • Crear, mantener y fomentar vínculos con otras personas que están en tu misma situación te puede ayudar a ver que no estás solo o sola y que puedes tener un apoyo.
  • Es necesario dedicarse tiempo a un@ mism@ y escuchar las propias necesidades. 
  • Los ánimos depresivos y constantes son una señal de que las cosas no están bien y es necesario buscar ayuda.
  • A nivel físico o psicológico es importante que no te descuides y que asistas a algún centro de salud si te sientes mal. De hecho, si tú o tu familia presentan una situación de médica grave o un estado emocional o psicológico extremo recuerda que no te pueden negar el servicio de atención en urgencias.
  • Debes estar muy alerta a los cambios de comportamiento de las personas que te rodean pues pueden ponerse agresiv@s o violent@s contra ti y esto indica dos cosas: 1. Hay que revisar qué está pasando o qué explica esta conducta y 2. No tienes por qué tolerar o permitir que ejerzan abusos o violencia en tu contra. Nada lo justifica y la persona que lastima a otras necesita ayuda. Para conocer organizaciones que acompañan en situaciones de violencia intrafamiliar o situaciones psicológicas que requieren acompañamiento puedes consultar el directorio de la parte 6 de esta guía.
c. Advertencias para grupos específicos
Si eres niña, niño o adolescente o convives con menores de edad
  • No hay que descuidar que los cambios culturales y en las condiciones de vida que implican migrar a otro lugar pueden generar choques, incomprensión y reacciones de rebeldía o miedo en niñ@s y adolescentes. Es necesario escuchar qué piensan y sienten.
  • Todas y todos somos diferentes, tanto físicamente como en nuestra manera de ser. Enseña a los menores a tu cargo a cuidar, observar y amar su propio cuerpo y a expresar sus sentimientos, tanto si están alegres, como tristes o se sienten incómodos en una situación determinada o con alguien. Mantener esta comunicación es esencial para prevenir y evitar situaciones de riesgos en las niñas, niños y adolescentes.
  • Como persona adulta a cargo de menores de edad hazles sentir que estás a su lado, que l@s entiendes y que pueden contar contigo. Desarrollar esa confianza y comunicación con niñas, niños y adolescentes a tu cargo es clave para asegurar su bienestar físico y emocional y, además, prevenir riesgos. 
  • Respetar y validar los sentimientos (ira, tristeza, felicidad, etc.) que puedan tener las niñas, niños y adolescentes es muy importante para que se sientan apoyad@s. Ayudarles a que expresen sus sentimientos y hacerles sentir que hacerlo está bien aporta a su bienestar emocional y psicológico: que sepan que estás a su lado y pueden contar contigo, a veces, es más que suficiente.
  • Cuando ves que una niña, niño o adolescente a tu cargo está triste o enojad@ y no sabes el motivo, siéntate a su lado y pregúntale qué le está pasando. Si es una niña o niño, puedes pedirle, además, que dibuje la situación que le tiene triste, enojad@ y/o preocupad@ y conversar sobre ello.
  • Jugar, saltar, cantar, dibujar correr, disfrutar del aire libre, así como dar y recibir cariño en su entorno más cercano es una parte fundamental para el desarrollo de las niñas, niños y adolescentes. Procura que l@s menores a tu cargo dediquen una parte de su día a disfrutar de un tiempo libre de tareas y si es en compañía de la familia, mucho mejor. En el caso de las niñas y los niños moverse y jugar es fundamental para asegurar su bienestar físico y psicológico.
  • Es importante que l@s menores a tu cargo conozcan qué está pasando en la familia y la situación en la que se encuentra para que formen parte de la solución. Sin embargo, hay que evitar sobrecargarl@s con problemas de adultos porque pueden terminar accediendo a ofertas o propuestas peligrosas para huir de situaciones complicadas, para no sentirse una carga o para intentar mejorar la situación socio-económica familiar.
Si eres mujer o haces parte de la comunidad LGBTIQ:
  • Tu entorno más cercano es tu principal apoyo. Trata de establecer relaciones de apoyo mutuo en tu barrio y/o lugar de trabajo: sé parte de la comunidad y trata de aportar desde donde puedas. 
  • Crea círculos de amig@s con quienes puedas conversar sobre lo que te ocurre y con quienes tengas confianza para compartir situaciones de preocupación o tus expectativas. Esto te ayudará a tener perspectivas diferentes ante situaciones de dificultad.
  • Mantente en contacto con tu familia y amig@s en tu país: saber cómo están y que ell@s sepan cómo te encuentras puede ser clave para tu bienestar emocional.
  • Recuerda que no estás sol@: en la parte 5 de esta Guía encontrarás cómo comunicarte con instituciones que pueden brindarte orientación y apoyo legal y psicológico.
  • No te olvides de tí mism@. Muchas veces, tratando de ayudar a nuestra familia y seres queridos, nos olvidamos de darnos un espacio para nosotr@s y para estar bien y tranquil@s. Nuestro bienestar es también el bienestar de nuestra familia y seres más queridos.
  • Si eres una mujer embarazada recuerda durante el viaje, es importante mantenerte hidratada, bebiendo agua, y, en la medida de lo posible, contar con una pequeña provisión de alimentos para comer durante el camino y evitar episodios de bajada de azúcar y/o tensión.
  • Si eres una mujer embarazada ten presente que el proceso migratorio incluyendo llegar a un lugar donde no tienes trabajo genera preocupaciones y añade un estrés adicional a un proceso que conlleva cambios y nuevas emociones. Por lo anterior, es importante que seas más consiente de tus emociones y que realices algunas actividades que te ayuden a relajar y a conectarte con tu bebé. Algunas estrategias para esto son descansar en los momentos que puedas o escuchar la música que te guste para regular tus emociones y visualizar en tu mente imágenes positivas con tu bebé.
  • Si estás embarazada y estás acompañada de una pareja o amig@s conversa sobre cómo te sientes. Compartir el proceso de embarazo e involucrar a la otra persona en el proceso puede ayudarte a procesar mejor los cambios y a medida que pasen los meses, sentirte más tranquila.
  • Recuerda que tú tienes derecho a elegir y usar métodos de anticoncepción y protección cuando tengas relaciones sexuales.
  • Recuerda que si vives con una persona que te agrede o que ha sido violent@ contigo, nada justifica estas acciones y no tienes por qué soportar situaciones de maltrato. Hay personas e instituciones dispuestas a apoyarte, asesorarte acogerte y brindarte protección. En la parte 5 de esta Guía encontrarás información sobre instituciones que te pueden ayudar ante situaciones de violencia sexual y violencia basada en género.